De la gimnástica al sport inglés

Estos tres sectores profesionales, partiendo de concepciones y objetivos diferentes, impulsaron la gimnástica y la cultura física.  Los mismos que desde sus instituciones y asociaciones promovieron la gimnástica, ahora también lo harán con el deporte inglés.

Un importante número de médicos impulsó la práctica del ejercicio físico. Este colectivo, el más proclive a la gimnasia (sobre todo a la gimnasia sueca), fue algo reticente a una indiscriminada práctica del sport. La medicina siempre buscó en la actividad física unos beneficios higiénicos y saludables. La recomendación de la gimnasia de Ling se debía a las propiedades que se atribuían al sistema nórdico. El factor anatómico, junto con el valor preventivo y global de los ejercicios que esta modalidad gimnástica presentaba, hicieron de la gimnasia sueca la elegida por los médicos, a la hora de “recetar” un tipo de ejercicio físico, por considerarla como el método más completo y saludable.

El mismo Santiago Ramón y Cajal en su libro “El mundo visto a los ochenta años” advertía sobre los efectos adversos de una  mala o exagerada práctica del deporte en jóvenes sin una buena forma física.

El ejército español también fue sensible a la importancia que la preparación física y los deportes comenzaban a tener en la formación de los militares y soldados tras la I Guerra Mundial.  Nombrado el General José Villalba Riquelme Ministro de la Guerra,  su primera disposición sería la creación de Escuela Central de Gimnasia de Toledo como parte de la nueva Academia de Infantería. En 1920, en su primer plan de estudios, junto a las materias teóricas correspondientes, se incluyeron como asignaturas prácticas la gimnasia sueca, la gimnasia de aplicación y los juegos y deportes.

Los docentes españoles hicieron su labor donde pudieron y como pudieron: colegios, institutos, asociaciones, clubes deportivos, gimnasios y también desde los textos. Desde diferentes vertientes, llevaron las últimas tendencias de la educación física y del deporte a una minoría de la sociedad, que quería educarse de acuerdo con los criterios pedagógicos más avanzados de Europa.

La admiración que parte de la sociedad española sentía por la cultura inglesa, en el terreno deportivo, se convertía en una devoción absoluta a la figura del gentleman y el espíritu del fairplay. La curiosidad que las altas esferas de la universidad española tuvieron por el olimpismo (en este caso la Universidad de Oviedo) fue despertando el interés de las esferas más modestas. La Institución Libre de Enseñanza, pionera en tantas cosas,  fomentó los juegos y deportes de una manera muy clara. Los objetivos pedagógicos que se buscaban desde la Institución siempre fueron utilizados de una forma eminentemente pedagógica y fuera de los parámetros competitivos al uso de clubes y federaciones.

Profesores y estudiantes de la ILE tuvieron gran  protagonismo en la promoción del deporte que pronto se convertiría en pasión y espectáculo de masas. Próximamente incidiremos en  dos colectivos que se involucraron en la promoción de la actividad física y el deporte: políticos y periodistas.