Consecuencias del caso Rubiales

La imagen dada al mundo traspasó fronteras y dañó la credibilidad y el prestigio de nuestra marca España Deporte y como cualquier crisis, va a costar mucho repararla, pero puede ser que en esta ocasión sea una fuente de oportunidades para mejorar todo el entorno que rodea el fútbol femenino como conseguir una mayor igualdad, no solo en el fútbol sino haciéndolo extensible a otros deportes y transmitir los valores que tiene la práctica deportiva, los cuales se han visto erosionados por la bochornosa actitud de Luis Rubiales en la premiación del citado Campeonato del Mundo.

Lamentablemente, durante aquellas semanas se habló más de todos estos hechos que del éxito de conseguir el Campeonato del Mundo, que se hizo con solvencia y buen juego. Este mundial va a ayudar al crecimiento del fútbol femenino en nuestro país para auparlo a un nivel que no teníamos anteriormente, tanto en la mejora de la competición de la Liga como de promoción y en consecuencia del aumento de la práctica del fútbol femenino.

Habrá que aprovechar el momento para, como decía anteriormente, modificar estructuras federativas, anquilosadas algunas de ellas y ancladas en viejos vicios del pasado en todo lo relacionado con la gestión económica y administrativa, siendo en algunos casos cotos cerrados y poco democráticos. Otro de los aspectos a mejorar será la elaboración y en algún caso la modificación de normativas electorales, con nuevos reglamentos que acentúen los esfuerzos en la composición de las Asambleas  para que los distintos estamentos (deportistas, clubes, entrenadores, árbitros…) sean elegidos con una mayor transparencia, en procesos democráticos y sin las presiones y el control que a veces se han producido.

La democratización del deporte español dio sus primeros pasos con las Leyes de los 80 y de los 90.Tenemos una nueva Ley, promulgada en el 2023 que nos debe permitir subsanar todo aquello que pueda crear confusión o inducir a desviaciones como las ya vividas y si la nueva Ley hay que modificarla, hágase para adaptarla y adecuarla en evitación de situaciones como la de los pasados meses y yo diría que en el caso del fútbol y su Federación lo ampliaría a todo el mandato, salpicado de hechos cuanto menos irregulares y en algún caso groseros como las comisiones por realizar la Supercopa en Arabia, presuntas grabaciones a miembros del Gobierno, la guerra con La Liga, etc.

Después de la tempestad vendrá la calma y se deben corregir errores y aprender de ellos para no volver a incurrir en ellos y poder hacer que el DEPORTE, con mayúsculas transmita valores, en línea de respeto, disciplina, tolerancia, igualdad... Todos estos principios deben estar presentes en cualquier manifestación deportiva y serán los dirigentes los garantes de gestionar todos estos ideales con limpieza y transparencia, todo lo contrario a lo que hizo Luis Rubiales.